Estimados
Esta nota es para contar algunos de los resultados que hemos ya publicado en torno a nuestro proyecto sobre el efecto de la testosterona en el comportamiento. Si recibiste este correo es porque eres una de las 250 personas que participaron desde el año 2017 asistiendo al Laboratorio de Comportamiento Animal y Humano de la Universidad de Playa Ancha (www.labcah.cl). A continuación, te queremos informar sobre algunos de los resultados que se han derivado del estudio.
Hasta el momento, se han publicado dos artículos científicos y uno más está en progreso. En el primero de ellos titulado “Muscularity and strength affect individual variation in self-perception of fighting ability in men” investigamos el rol de la masa muscular y la fuerza sobre la autopercepción de la capacidad de lucha para entender mejor los mecanismos que regulan la competencia intrasexual entre hombres. No sé si recuerdas que en el estudio los medíamos en una máquina de bioimpedancia (la que entregaba el informe de composición corporal) y con un dinamómetro de mano evaluábamos los kg de presión por cm2 que eran capaces de generar con sus brazos. Con el primer equipo evaluamos la masa muscular, mientras que con el segundo la fuerza. Por otro lado, también les pasamos un cuestionario que es con el que evaluamos su autopercepción en la capacidad de lucha (era un test que preguntaba por ejemplo que tan buen peleador te consideras). Los principales resultados muestran que, por un lado, aunque la masa muscular del tren superior está relacionada con la fuerza de los individuos, sólo es capaz de explicar el 36% de dicha fuerza. Esto sugiere que otros aspectos de la musculatura, además de la masa, pueden estar influenciando la fuerza de los individuos, o bien que la fuerza medida mediante la presión de la mano sólo refleja un aspecto de las capacidades de lucha del individuo. Esto es muy interesante porque demuestra que la fuerza de presión de la mano no es un estándar tan válido como se creía de la musculatura y que hay otros factores detrás del poderío muscular, más allá de la fuerza. En segundo lugar, encontramos que los individuos más musculosos se auto perciben como mejores luchadores. Este efecto está parcialmente explicado por la fuerza. Lo anterior quiere decir que, en un modelo estadístico, la fuerza se entromete en la relación entre músculo y capacidad de lucha, pero solo hasta un porcentaje de esa relación. De hecho, nuestros resultados indican que los hombres más musculosos se auto perciben mejores luchadores no solo porque tienen más fuerza sino simplemente por el hecho de ser más musculosos. Esto podría estar relacionado con que la musculatura pueda tener efectos intimidatorios frente a una pelea y que independientemente de la fuerza, la masa muscular sea un buen indicador de las posibilidades de ganar un combate cuerpo a cuerpo afectando de ese modo a la autopercepción de la capacidad de lucha.
El segundo de los artículos que hemos publicado investiga el efecto de los rasgos dependientes de testosterona, como son la masa muscular y la masculinidad facial, con las tácticas de apareamiento en hombres. El artículo se titula “Testosterone-dependent facial and body traits predict men’s sociosexual attitudes and behaviors” y fue publicado recientemente en la revista American Journal of Human Biology. Los resultados apuntan a que, a nivel poblacional, tanto los hombres más musculosos y con caras más masculinas tenderían a tener estrategias de búsqueda de pareja a corto plazo, es decir, se mostrarían más inclinados a establecer relaciones sin o con poco compromiso, y tenderían a tener un mayor número de parejas. Los hombres menos musculosos y con menor masculinidad facial también tenderían a mostrar una estrategia de búsqueda de pareja a corto plazo y mayor número de parejas reproductivas. Por último, los individuos con rasgos intermedios o con rasgos inconsistentes, es decir, alta musculatura y baja masculinización facial o viceversa, mostrarían una menor tendencia a la búsqueda de parejas a corto plazo y un menor número de parejas reproductivas. Estos resultados muestran que tanto la intensidad como la consistencia (la armonía entre cara y cuerpo) en la expresión de estos dos rasgos (musculatura y masculinidad facial) son importantes a la hora de determinar las estrategias de búsqueda de pareja en hombres. Por otro lado, ninguno de estos dos rasgos afecta a la disposición de los individuos a buscar parejas a largo plazo.
El tercer artículo, que está en preparación, incorpora las medidas de testosterona circulante. Es el que más tiempo ha llevado debido a las técnicas de análisis hormonal, pero esperamos poder publicar pronto los resultados.
Si quieren leer más sobre estos artículos, pueden visitar la sección de publicaciones en esta página del laboratorio que se indica más abajo.
También es importante recordar que ambos artículos tienen un enfoque evolutivo y lo que buscan no es predecir comportamientos individuales a partir de las características físicas de los individuos, sino identificar patrones poblacionales que nos informen sobre la función adaptativa de los comportamientos.
Atte,
Dr. José Antonio Muñoz Reyes | Investigador principal proyecto FONDECYT regular 1170513, director Laboratorio de Comportamiento Animal y Humano (www.labcah.cl)
Dr. Pablo Polo | Coinvestigador proyecto FONDECYT regular 1170513 y subdirector Laboratorio de Comportamiento Animal y Humano (www.labcah.cl)